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La sensualidad es un rasgo que puede darse tanto en hombres como en mujeres. Siempre se ha visto la sensualidad como un atributo muy arraigado a la mujer, y vamos a analizarlo desde el prisma femenino, no obstante, se puede aplicar también al hombre.
Es una cualidad estrechamente ligada a las sensaciones, especialmente al deseo. Aunque no lo parezca, no es algo innato, es decir, que se puede llegar a obtener pese a su complejidad. Es importante destacar la dificultad de su consecución porque debemos de trabajar tanto a nivel externo como interno, y tener distintos conceptos muy interiorizados para poder lograrlo. Pero con motivación y constancia se puede conseguir. Vamos a ver qué deberíamos tener presente para poder lograr nuestro objetivo:
Seguridad en si misma: Es un punto clave para poder ser sensual. Se ha de tener un estilo individual, una personalidad única. Nuestro propio autoconcepto ha de diferenciarnos de los demás. Saber cuales son nuestros puntos fuertes y como potenciarlos de una forma natural.
Hablamos de personas que se quieren a sí mismas, que tienen una autoestima sana y equilibrada. Mujeres empoderadas, fuertes e independientes. Que saben proyectar y exteriorizar todo su potencial.
Importancia de los sentidos: Una mujer sensual se deleita viendo, saboreando, oliendo, tocando y degustando. Por esto mismo, van a recrearse con cada sensación sensitiva y cuidarla al detalle en su propia persona, (modulación y manejo de la voz, manera de oler, forma de vestir en relación con su personalidad